miércoles, 24 de noviembre de 2010

Todo bien

Siento haber tardado en seguir escribiendo. He estado liado con algún trabajo y con clases, y el poco tiempo que he tenido lo he dedicado a tocar la guitarra y a estar con los amigos.

Pues eso, que todo bien. El tendón ya lo noto mejor. Estas últimas dos semanas apenas me ha molestado. Lo único, que cuando llego tarde a clase y voy caminando rápido noto que me molesta algo, pero ni comparación con lo que me molestaba antes.

Aunque el traumatólogo me dijo que ya no me hacía falta usar las taloneras de silocona las sigo llevando porque me da miedo dejar de usarlas y que reaparezca el dolor. Me imagino que conforme pasen las semanas seguirá mejorando algo, y espero que para la próxima consulta que tengo con el médico el 29 de diciembre todo esté perfecto, aunque prefiero ser realista y concienciarme de que existe la posibilidad de que no se cure del todo. Muchas veces estas operaciones no solucionan totalmente el problema, pero ayudan a poder vivir sin apenas molestias.

Este sábado pasado salí por Alicante. Estuve hasta las 07:30 y no me molestó absolutamente nada. Podría ser por el alcohol, pero como casi no bebí estoy contento.

Ahora mi vida hasta navidades se resume en hacer trabajos para clase. Las asignaturas de 5º no son difíciles y además son muy interesantes, aunque lo malo es que en cada asignatura nos mandan un trabajo final a entregar como requisito para aprobar.

A mí me gusta hacer trabajos porque haciéndolos sé que estoy más cerca de aprobar. No es como estudiar en otras asignaturas, ya que por mucho que en ingeniería de caminos estudies luego en los exámenes te pueden sorprender con cualquier cosa.

Entre los trabajos que he hecho y estoy haciendo están uno sobre el Puerto de Hamburgo (Alemania), un análisis de Ordenación del Territorio en la Comarca del Bajo Vinalopó (Alicante), un análisis de la movilidad y el sistema de transportes en la ciudad de San Sebastián (Guipúzcoa), la reconstrucción de una vieja zona industrial para uso de ocio en Elche, y un Análisis de Alternativas para la creación de nuevos espacios en mi pueblo aprovechando zonas naturales. Así que estoy bastante liado haciendo los trabajos ya que en Navidades quiero aprovechar al máximo para estudiar, aunque siempre he dicho lo mismo y luego no he abierto ni los libros...

Y hablando de Navidades... Me da bastante asco empezar a ver ya bolas y adornos de Navidad en los supermercados, y ese hilo musical tan rayante... ¡Que aún estamos en noviembre y ya nos están avasallando con tanta Navidad!

Y en cuanto a la guitarra, sigo aprendiendo a tocar, y sigo componiendo canciones. Además, estoy aprendiendo a usar un programa de edición para insertar efectos y más instrumentos. Esta última semana he compuesto dos nuevas canciones. La calidad del sonido no es muy buena porque lo grabo con el micrófono que lleva incorporado mi portátil. Aún así la calidad tampoco es mala. Se nota que tengo un MacBook, ya que estos ordenadores dan mil vueltas a Windows. Que por cierto, el otro día tuve que ir a Alicante a llevar el portátil a arreglar y me pasaron cosas bastante curiosas, pero lo contaré en la siguiente entrada del blog.

Os dejo con mis dos canciones. Espero que os gusten o, por lo menos, que no os hagan apagar los altavoces.





viernes, 12 de noviembre de 2010

Fin de semana en el pueblo


Este fin de semana, como ya conté, estoy en mi pueblo porque, a parte del traumatólogo, tengo mañana un bautizo de unos primos mellizos míos. He desconectado totalmente de la universidad. Había planeado hacer un trabajo que tengo que hacer pero me da pereza.

Estoy aprovechando el tiempo para estar con mis amigos y familiares. No me gusta mucho mi pueblo porque es aburrido y nunca pasa nada interesante. Siempre veo a la misma gente por la calle. Los mismos bares, las mismas personas, las mismas situaciones, como si de un cruel déjà vu se tratase. No hay sitios nuevos a donde ir, ni nuevas personas que conocer.

Lo que sí me gusta es el tiempo que hace; muchísimo frío en invierno y un calor muy seco en verano; es decir, lo contrario que ocurre en Alicante. Me encanta el frío. Me gusta sentir que todo mi cuerpo está congelado y saber que si entro en sitios calientes estaré a gusto. Me gusta hablar y notar el vaho que sale de mi boca, y andar metiéndome las manos en los bolsillos para que no se me pongan moradas del frío. También me gustan los olores del otoño y del invierno. Cuando hace mucho frío parece que el olfato se desactiva y que sólo huele a frío. Por eso me gusta cuando al andar por las calles hay olor a madera ardiendo dentro de las casas para calentar. Me gusta el olor de la madera quemándose y de las castañas asadas. Es lo que más me gusta de estos meses.

En cuanto a mi tendón, hoy he andado bastante, he conducido, y no me duele nada. En casa tengo que subir escaleras pero no me duele. Me estoy dando cuenta de que tal vez algunas molestias sean psicológicas, porque cuando estoy distraido no me duele nada y, sin embargo, si me centro en el tendón empiezo a notar molestias. También me pasa lo mismo cuando subo las escaleras, ya que al subirlas cojeo sin darme cuenta. Pero creo que hago eso porque llevo casi dos años haciéndolo. Realmente no me duele.

Mañana tengo el bautizo y el domingo vuelvo a Alicante. Esta noche estaré con mis amigos y me iré pronto a dormir.

Estoy escuchando ahora:

jueves, 11 de noviembre de 2010

El resultado de la operación

Han pasado 2 meses y 5 días desde mi operación en la Clínica San Miguel de Pamplona. Por resumir, tras estar año y medio con tendinitis aquílea, y después de intentar solucionar el problema con fisioterapia, rehabilitación, pastillas, hielo, tobilleras, taloneras, reposo... decidieron operarme.

Y hoy he tenido de nuevo consulta con el traumatólogo que me operó. El viaje en autobús ha sido muy incómodo. Aunque tenía muchos asientos libres para dormirme y estar cómodo, sólo me he dormido una hora. A las 20:20 salió el autobús de Alicante, luego pasó por Benidorm, Valencia, Tudela, y llegó a Pamplona. Hicimos una parada a medio camino en Teruel de 25 minutos. Aproveché, fui al baño, y después me compré un bocadillo y un botellín de agua. Entre las dos cosas pagué 7 euros. Es un timo, lo sé, y me tendría que haber llevado algún bocadillo hecho de casa, pero no caí en la cuenta.

El viaje lo he pasado escuchando música en mi iPOD y viendo dos películas que han puesto que, por cierto, me han parecido penosas. Eran "Rex, el perro bombero" y "La brújula dorada".

A las 05:30 llegaba el autobús a la estación de autobuses de Pamplona. Me he desmontado, he cogido todo, y he esperado a mi hermano que ha venido a buscarme. He dormido en su casa de Pamplona y por la mañana me ha llamado mi madre para quedar conmigo e ir a la Clínica.

A las 10:30 me dirigía con mi madre en coche hacia ahí. Yo he ido andando con las dos muletas aunque me sentía estúpido porque notaba que no las necesitaba y que estaba haciendo el paripé. La sala de espera estaba llena, como nunca antes la había visto. Pensaba que tendría que esperar mucho pero en cuanto me he sentado ha salido el traumatólogo y me ha llamado.

He entrado andando con las muletas y me ha dicho el traumatólogo:

- Andas como si no llevases muletas...

He soltado un "pfff" y me he sentado en la silla. Tras hablar un poco con mi madre ha comentado:

- Bueno Pablo, ¿cómo va? Dime que ya se te ha curado completamente.
- Pues bueno, noto muchísima mejoría pero a veces me molesta algo, al levantarme por la mañana o cuando estoy mucho tiempo en la misma postura - he contestado.

Me ha mandado descalzarme, así que me he quitado las zapatillas, el calcetín y la media de compresión y me he tumbado. Ha estado haciéndome movimientos en el pie. "Ahora tuércelo así, ahora flexiónalo...". Me ha tocado también en el punto crítico donde siempre me ha dolido (justo en la inserción del tendón aquíleo con el hueso calcáneo) y, para mi sorpresa, aunque notaba alguna pequeña molestia no me ha dolido. Llevo dos meses sin querer tocarme ese punto porque tenía miedo de que me volviese a doler. Me he alegrado mucho.

- Una cosa, ¿es normal que tenga la zona de la cicatriz roja? - le he preguntado intrigado.
- Sí, es normal, tienes todo bien, es normal que aún tengas algo rojo e inflamado, por el roce con el calzado y tal.

Me he alegrado mucho. Me ha mandado andar normal, andar de puntillas, andar con los talones, dar pequeños saltitos estando de puntillas. Nada, no he sentido nada. Ni rastro de dolor.
También le he estado contando que a veces he estado cinco días con dolor y que de repente notaba algún pinchazo. Me ha dicho que es normal y que no me preocupe.

- Bien, pues Pablo, parece que todo está yendo bien. A partir de ahora deja ya las muletas. Tienes que hacer vida normal, pero intenta no subir escaleras ni agacharte. Tienes que hacer bicicleta para ir fortaleciendo el tendón y, si puedes, vendría bien que andases por el agua. Puedes aprovechar que estás en Alicante para andar por la orilla de la playa con los pies metidos en el agua.

Le he preguntado si tengo que seguir llevando las taloneras de silicona que llevo, y me ha dicho que si quiero las tire, pero me dan mucha seguridad así que igual las sigo llevando un tiempo...
Me ha dado cita para el día 29 de diciembre. Hasta entonces tengo que hacer bicicleta poco a poco para ir fortaleciendo el tendón, hacer vida normal pero intentando no subir escaleras ni agacharme, y ya está. Ni rehabilitación, ni fisioterapia, ni nada de eso. Si para entonces he mejorado más, me dará el alta.

He salido muy contento. No sólo me ha dicho que va todo bien, sino que ya no voy a tener que llevar muletas. Al parecer, todas las molestias que he venido sufriendo son normales porque lógicamente el tendón aún se tiene que fortalecer mucho. La pequeña inflamación que tengo también es completamente normal.

A partir de ahora haré vida normal. Saldré de fiesta, andaré en bici, puede que vaya a nadar... Ya no me tendré que preocupar de las muletas.

A día de hoy yo sé que no tengo el tendón 100% bien, porque aún siento alguna molestia de vez en cuando. Pero por lo visto es completamente normal. Ahora tendré que dejar pasar el tiempo, y ver cómo me responde. Sólo toca esperar hasta la próxima cita dentro de mes y medio.

Creo que por fin todo está empezando a ir bien. Ahora me acuerdo de situaciones anteriores que he vivido por todo esto del tendón y es cuando realmente me doy cuenta de lo largo y duro que ha sido el camino; un camino lleno de obstáculos y de impedimentos. Pero ahora, como digo, parece que todo está empezando a ir mejor. Es pronto para hablar puesto que todavía tengo que recuperar mucho, pero estoy más animado. Si el traumatólogo me hubiese dicho que mi tendón sigue mal me habría hundido, sinceramente. Pero hay que ser fuertes y luchar, aunque a veces eso suponga dar dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. Hay que probar soluciones nuevas, médicos nuevos. Lo único necesario para recuperarse de una tendinitis del aquiles es encontrar a un médico que de verdad quiera ayudarte con el problema y que no te trate como si fueses un quejica. Una vez que lo encuentras ya todo empieza a resultar mucho más fácil y rápido. Lo difícil tal vez sea encontrar a esa persona que sepa lo que te ocurre y quiera "perder" tiempo contigo. Yo la encontré y estoy teniendo mucha suerte.

Os seguiré contando mi evolución periódicamente :D

Cambios de última hora

Ayer, miércoles, por la mañana, tuve que salir a hacer unos recados al centro de la ciudad. La Universidad de Alicante está en San Vicente del Raspeig, junto a la ciudad de Alicante, por lo que vivo ahí. San Vicente es un pueblo de 50.000 habitantes. Y digo que es un pueblo porque tiene la estructura de un pueblo cualquiera: la plaza del Ayuntamiento, la iglesia, la calle principal, el mercado...

Aprovechando que tenía que ir a hacer recados, me levanté pronto, sobre las 08:00, me duché, vi las noticias durante una hora, y para las 09:30 ya estaba en la calle. Me dejé, intencionadamente, las muletas en casa. De vez en cuando me gusta ir solo a pasear. No suelo hacerlo mucho, y menos desde que tengo que llevar muletas, pero me suele gustar adentrarme en las calles del centro del pueblo, ver a la gente ir apresurada a hacer las compras, otros en cambio se paran a charlar en las esquinas: "Que mi madre ya está bien", "Que la Paca se ha ido al pueblo porque se le ha muerto la suegra", "Que el Hércules la cagó este fin de semana".

Al día siguiente iba a tener que irme a Pamplona porque el viernes 12 tenía vez con el traumatólogo. O eso pensaba yo...

Hacía frío en la sombra, pero al sol hacía bastante calor, así que preferí ir por la sombra. Iba en vaqueros, con una camiseta negra, una chaqueta negra y un palestino blanco y negro. Me gusta vestir de negro. Creo que era el único estudiante que estaba por la calle a esas horas. Todo lo demás eran amas de casa, empresarios con traje y corbata, abuelos sentados en bancos, otros de pie apoyados en sus bastones viendo la vida que ya va demasiado rápida...

Las calles son viejas, y son todas iguales, pero la zona de la iglesia tiene mucha actividad. Hay bastantes bares. Tras terminar los recados subí unas escaleras que daban a la plaza de la iglesia y me paré a observar. Vi un bar al que ya había ido otras veces y, ya que no había desayunado, decidí entrar. El bar era blanco, acogedor, sonaba música chill-out, como de costumbre, y eso me gustaba porque me hacía relajarme y olvidarme de la universidad y del pie. De repente el hilo musical cambió a música folk y jazz. Era una mezcla rara pero me gustaba. Me pedí un café cortado y una napolitana, y me senté en una mesa. Me cobraron 2 euros. En Pamplona eso no hubiese bajado de 3 euros.



Me gustan los bares tranquilos, y me gusta ver a gente sentada en ellos. Había un padre con un hijo pequeño desayunando, dos abuelas tomando un café y una tostada con mermelada, y tras de mí entró otra chica que iba sola. Me gusta imaginarme la vida de la gente. En qué trabajarán, qué hacen ahí esas horas... La chica que entró última era guapa y estaba sola, tenía el pelo rubio y estaba triste, porque se limitaba a dar vueltas a su café con la cucharilla mientras miraba al infinito. Nos cruzamos las miradas y me puse a leer el periódico. No había ninguna noticia interesante, así que me puse a buscar faltas de ortografía en las noticias. Suena un poco extraño pero me gusta buscar faltas de ortografía en las noticias de los periódicos. Me relaja. Y siempre encuentro alguna.

Cuando terminé salí a la calle, y sonó mi teléfono móvil. Era mi madre:

- Pablo, han llamado de la Clínica San Miguel - La clínica San Miguel era donde me habían operado y, como he dicho, estaba citado ahí para el viernes.
- Ya, y qué pasa - le pregunté.
- Me han dicho que el viernes no te puede ver el traumatólogo porque tiene una operación.
- No jodas, ¿y ahora qué hago? - dije enfadado.
- Me han dicho que te pueden dar cita mañana jueves por la mañana. ¿Tú podrías?

Y así, de pronto, me enteré de que esa misma tarde debía ir a Pamplona. Con las prisas y el susto no me había dado cuenta de que mientras había estado hablando con mi madre también había estado andando sin saber dónde ir. Así que cuando colgué el teléfono me di cuenta de que estaba perdido. Había acabado en la otra punta de la ciudad. Por fin llegué a casa, cambié el billete del autobús, hice la maleta, dejé el cuarto ordenado y fui a comer. Como mi autobús salía a las 20:20 no pude ir a clase porque tendría que estar en Alicante para las 20:00, así que estuve toda la tarde tocando la guitarra.

Cuando eran las 19:30 salí a la calle. Hacía mucho frío. Llamé a la compañía de taxis y pedí uno. Iba cargado con mi cámara reflex, las muletas, y una maleta pequeña. Tuve que llamar 3 veces porque no llegaba el taxi. Había muchísimo tráfico y para colmo las calles cercanas estaban cortadas. Me puse nervioso y llegué a pensar en que iba a perder el autobús. Al final llegó el taxi, me monté en él rápido y en eso que me sonó el móvil. Estaba muy estresado. No me gustan los imprevistos y normalmente suelo llegar pronto a los sitios. Era mi madre.

- Pablo, ¿ya estás montado en el bus?
- ¿Qué, pero qué dices? Si aún son las... - dije nervioso.
- ¿Pero a qué hora sale tu autobús? - me preguntó extrañada.
- A las 20:20, ¿pues? - contesté aún más extrañado.
- Pero si son las 21:00... ¿no estás en el autobús?
- ...

Colgué el teléfono. ¿Eran las 21:00? Si ya estaba nervioso ahora aún estaba más. Me dirigí al taxista:

- Perdona, ¿qué hora es?
- Las 20:00, ¿por, tienes prisa? - me contestó tranquilo.
-... No... no, gracias, por saber.

Volví a llamar a mi madre y ésta me volvió a asegurar que eran las 21:00. Yo había mirado mi hora en el reloj del taxi y en el del móvil y estaba seguro de que eran las 20:00. Le dije a mi madre que mirase otro reloj, y se empezó a reir diciendo que había estado mirando un reloj al que aún no le habían cambiado la hora. Suspiré, conté hasta tres, y colgué. Ya había sido bastante estrés por hoy.

A las 20:20 salió mi autobús conmigo dentro. Estaba al fondo del autobús y tenía 4 asientos para mí solo.

Iba a ser un viaje largo... 10 horas de largo...

martes, 9 de noviembre de 2010

Los últimos días

Lo primero de todo, perdón por no haber escrito antes. He estado muy liado con los estudios, y el segundo piso de la biblioteca de filosofía ha sido mi primera casa durante estas dos últimas semanas. Ahí, en una mesa oculto entre decenas de estanterías con temas bibliográficos y revistas extrañas de filosofía, estaba yo, con miles de ejercicios sobre la mesa, mis dos calculadoras, libros de teoría, exámenes resueltos de otros años, y mi iPOD sintonizando el programa Anda Ya! de los 40 Principales. La Biblioteca General de la Universidad de Alicante tiene planta baja y dos superiores. En la planta baja, entre otras cosas, está la biblioteca de Ingeniería, pero no me gusta ir ahí. A mí me gusta estudiar en la segunda planta, que es la biblioteca de Filosofía y Letras, al fondo del todo, en una mesa escondida que hay junto a unas estanterías. Ahí me concentro más.

Los exámenes no han ido del todo bien pero estoy bastante contento porque las dos asignaturas a las que me he presentado las domino ya bastante así que, tarde o temprano, las sacaré. Hay que ser optimistas.

En cuanto al tendón, estoy algo desanimado. Este mismo jueves me voy a Navarra porque el viernes tengo traumatólogo. Sí, por fin. Va a ser un fin de semana bastante ajetreado, y mi plan es el siguiente:

Jueves 15:00 = clase
20:00 = autobús hacia Pamplona

Viernes 05:30 = llegada a Pamplona
10:00 = traumatólogo

Sábado 12:30 = bautizo de mis primos
14:00 = comida
noche = fiesta

Domingo 10:30 = salida en coche hacia Zaragoza
13:00 = avión Zaragoza-Alicante


Es un fin de semana bastante movido. Para empezar pierdo alguna clase el jueves por la tarde, y la del viernes. Luego me tengo que tragar 10 horas de autobús hasta Pamplona. Tras dormir tres horas tendré que ir al traumatólogo, y no sé qué me dirá.

Estos días me molesta algo el pie, parece una tontería pero siento como si con el cambio de tiempo me molestase más la cicatriz, y no es donde normalmente me duele, sino que es más bien el tobillo. Como cuando haces mucho deporte y te acaba doliendo toda la planta del pie y el tobillo. No sé... por una parte estoy contento porque he notado mucha mejoría desde el día de la operación, pero sé que no lo tengo aún curado. Sé que en cuanto vuelva a hacer vida normal (salir todos los sábados, andar más, nadar, etc.) me volverá el dolor. Lo sé porque noto como si tuviese el tendón aún debil, como esperando la ocasión precisa para recordarme: "Alto, alto, que estoy aquí jodiéndote otra vez".

Sigo llevando muletas pero llevo sólo una. Inicialmente el traumatólogo me dijo que tenía consulta el 3 de noviembre y que hasta entonces tenía que estar con las muletas. Como no podía para esa fecha la cambié al 12 de noviembre, y ya no quiero llevar dos muletas. Estoy harto de llevar muletas. Llevo dos meses moviéndome lo mínimo (de casa a la universidad y de la universidad a casa), sin salir, sin poder andar con normalidad... Creo que si las muletas no han conseguido mejorarme para el día 3, en esta última semana no lo harán, así que estoy yendo con una muleta. Estoy cansado de estar 4 días sin ningún dolor, y cuando menos me lo espero (por ejemplo, estando estudiando 8 horas seguidas sin moverme) note pinchazos, me levante, y tenga el tendón dolorido. No es tanto como antes, pero aún así me jode, y eso que aquí no subo escaleras. ¿Qué pasará cuando llegue a mi casa y comience a subir escaleras? No lo quiero ni pensar...

Así que de momento no sé si la operación ha ido bien o no. No estoy triste del todo pero tampoco estoy contento. Sabía que la operación no significaría que se me curase la tendinitis, pero bueno. Aunque muchos amigos me dicen que es pronto para hablar porque, tal vez, tenga que hacer rehabilitación, o algo así.

Estas semanas voy a estar algo más libre así que escribiré más a menudo. Mientras tanto me relajo tocando la guitarra y componiendo canciones. Voy mejorando con la guitarra, y me relajo muchísimo cuando la cojo y me pongo a improvisar letras y canciones. Es la mejor compra que he hecho en mi vida.

Os dejo una canción que me he inventado y he grabado cantándola y tocándola con la guitarra. La calidad no es muy buena pero bueno...




Ahora estoy practicando con esta gran canción de Saratoga. Espero tocarla bien pronto.

Saratoga - Si amaneciera
http://www.youtube.com/watch?v=ooGZ98iLTys

Espero que os guste la canción. ¡Volveré a escribir muy pronto!